I
Cuanta ironía y cuanto dolor,
Es lo que mis mentes aguardan,
En mis almas no hay rincón,
En el que no se observan dolores ocultos
Es tan pesado el sentido para el desengaño,
Es tan pesado los desengaños para el amor,
Es tan pesado el amor para la vida,
La vida para el hombre
y el hombre para sus sentidos.
Cuanta ironía y cuanto desdén
resultan de un a dios cercano
Porque mis mentes no miden
en horas, ni minutos
si no en amor por espacios
y esos espacios cubiertos de dolor amante, Viven
Como las aves en los campos,
Como los arboles en los bosques,
Como las gotas de lluvia en los arboles de otoño,
El amor y la resignación son dos papeles,
que difícilmente los hombres entendemos
porque no está en nuestro libreto la idea de un
adiós…