10 jul 2010





Princesa coronada, son los ojos
de la luna los que brillan por tus
cristales de marrones eternos.

Por tus cabellos el sol resbala
ahogándose en el deseo de beber
tu piel que emana cristales de bien.

Princesa coronada, desde ayer mi mundo
prorrogaba tu presencia para caminar
por los mundos que nuestra imaginación pinta.

Hay princesa, un lugar llamada soledad,
una espacio donde nuestras almas se funden
esperando recorrer los sueños pintados.

Princesa coronada, los días de nuestras almas
ansían comulgar del amor eterno que se es
reservado, para la inmortalidad.