TE QUIERO A TI

He llegado a la ligera conclusión de que podemos querer más de una vez; hablando estrictamente en el aspecto sentimental, el amor. Que todo depende de la intensidad con que direccionamos nuestros deseos y pensamientos hacia esa persona. Porque el motor del ser humano se funda en deseos y pensamientos. Querida W…, sería poco menos que faltarle respeto a tu inteligencia si te digo que me enamoré de Ti desde el primer día que te vi. Aunque nuestra historia parece una novela y esa novela un sueño, son nuestras vidas una realidad. Por ese mismo hecho es que podemos elegir; elegir vivir, elegir soñar, también elegir querer. Para enterarse de este último, elegir querer, es necesario que ex – ante, surja o mejor dicho es necesario que despierte una sensación de sentimientos encontrados, pues esos sentimientos no son gratis, si no una mezcla de misterio y fe, de ahí el enigma de un sentimiento fantástico; de ahí la razón y el origen de mi decisión de quererte a Ti. Y ¿por qué quererte? o en tus palabras, ¿por qué me quieres? Fue pregunta que me deshizo para volver a encontrarme. Solemos emplear ciertos términos con tanta naturalidad que en algunas oportunidades nos olvidamos que encierran un significado muy especial. En este caso el TE QUIERO, un término que implica no solo deseo, sino también, voluntad de amar. Confieso que este término, comencé empleándolo como una palabra más, que pone interesante nuestra conversa; pero al encontrarme descubrí que de cierta forma ya estaba expresando voluntad y deseo de quererte. El deseo y la voluntad de querer, no serian suficientes si ciertos eventos de orden natural no los acompañan, o por decirlo así, si el universo no les abre sus puertas, tal como hizo conmigo. Perdóname My W… si esperaste una respuesta objetiva y hasta aquí yo repuse en el móvil de mis sentimientos. Y ¿por qué? • Por lo hermosa que eres, tanto en el plano objetivo como en el subjetivo. • Por lo alegre y divertida que sueles ser; también por tu seriedad que no sabes disimular. • Por tus palabras que endulzan mis oídos y tranquilizan mi alma. Por tantas cosas más, como el permitir quererte. Porque no te quiero para uno ni dos días, tampoco solo por unas semanas, meses o años. Te quiero no para una vida, sino para todas las que haya; esta la que vivimos, la otra donde descansamos y también las que reencarnamos. Te quiero porque me dejas quererte y porque decidí quererte...