
Deja que los dioses pierdan noción
que las noches tristes mías,
que el dios que nos persigue nunca
llegue hasta mi mundo.
Y estos días de otoño sean olvidables
en tu estancia, porque ahí
donde el mar muere, ande nacer
huracanes de remordimientos.
Quiero no perderme en el lamento
de lo imposible, solo busco tranquilidad
para el cuerpo que sostiene al corazón
que sostiene mi alma.
Vuestros dioses no ahoguen sus
esfuerzos en la sed del dolor,
causadas por la sin razón del corazón.
23:30 horas del día 25-04-2010
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