
A tus pies llego a conquistar un espacio tuyo,
A tus pies mis pies se inclinan para así, decirte;
Que desde tus pies pienso conquistar tu espacio.
Dios, me eh plegado hacia tu pies como la serpiente en los tiempos de Adán,
Dios, tu ya debes estar pensando lo que por fin espero,
Y también, imagino, que debes hasta cierto punto estar inquieto y quieto.
Con tus pies pasaste y me hiciste a un lado,
Son tus pies los que sintieron, adolorido mi lomo;
Esos tus pies, que nunca llegaron si no es que solo a decir,
mucho de lo que de ti ahora se cuenta.
Dios, desde tus pies me levanto pisando la cabeza de la serpiente;
Dios, ahora es tu momento de inquietud por que no sabes los límites míos,
Tú, que eres visto como la fuente y fin, ahora tiemblas;
Tiemblas por que no descifras los límites míos, y lo único,
Que atinas a hacer es a desheredarme tu reino, pero te digo;
Que hace mucho ya renuncie, renuncio a todo a Ti y a esa serpiente…
Ahora, no soy más que yo, más que espacio y mundo;
Quisiera llevar conmigo a un ejercito, pero;
Estos miserables jamás lograran entender lo que el fin mío supone,
Ya que este Dios por voluntad adjudicada los coacciona a su fidelidad.
Callao, 17 de marzo de 2011
12:55 p.m
