...desde ayer y seguramente hasta mañana los hombres ande ir buscando formas de llenar esos espacios en blanco, no es algo que está fuera de nuestro mundo, si no, es algo que deseamos que se encuentre fuera de nuestro mundo. Pero, ¿Cuando uno ama más? ¿Amando?, ¿siendo amado?, ¿Sin ser amado? O simplemente amar se resume en el placer de saber a quién dedicas unos momentos de tus pensamientos. Es tan complicado las respuestas de los hombres como complicado es la historia que los envuelve...
21 sept 2011
UN DÍA GRIS
Cosas que suceden en este pequeño espacio mío. A esta hora cuando vuelco mis manos sobre esta hoja al mando de un lápiz gris; un grupo de colegas debaten en un boquete el futuro de los panes que llevaremos (o que llevarán mis compañeros de pabellón, por que yo, escasamente participo de ello, no por que no deseo, si no por que dormir me resulta mas placentero que ver algunas caras rancias posar sobre el tuyo) a la boca.
No es casual nuestra ausencia en aquella conglomeración, especialmente a mí, ya que solía disfrutar de cada una de ellas (allá cuando la llamábamos reunión) o cuando aún el aire que respiramos era puro. Ahora el cuerpo se me estremece por no asistir, las ganas que mi cuerpo sostiene son infinitas, mis manos vuelan con el eco de la razón de mi mente. Yo sigo aquí.
Si algún momento había espacio para decir cosas interesantes, hoy simplemente extintos están, si al algún momento alguien participaba de algo todos lo seguíamos al compás de las sonrisas que dibujaban nuestros rostros. Y los reclamos que alguien levantaba sobre algo era materia de discusión a base de ideas y principios y hoy todo ello se ha acabado por la descorazonada mediática de alguien por querer parecer; que pregonando cosas ajenas y repartiendo primicias impropias es mejor que aquel sujeto que involuntariamente tropezó con el dictamen propio de su inconsciencia.
En un mundo como este que nos tocó vivir, lleno de asimetrías y plagado de errores, no pretendemos (mis amigos y yo) parecer salvadores de las causas perdidas, tampoco ídolos que nacen del error ajeno y del oportunismo mediático, en suma no pretendemos o mejor dicho no pretendo ser líder de una agenda inconclusa; agenda que por cierto uno mismo estropeó y frenó cuando era el momento de culminar…
El alma se me sale… y me detengo un momento y me percato del tiempo, vaya, ya casi han pasado una hora y mientras, sigo intentando buscar, en esos lugares donde la luz jamás se oculta si no hasta el último momento de nuestra existencia, algún momento grato que entre estas pareces viví. Pues bien, la búsqueda es propicia, muchos gratos recuerdos intentan aflorar, muchos buscan espacio a gritos por querer mostrarse, pero como el tiempo en este mundo es corto y más cuando hablo de mi propio mundo, tengo que limitarme a saborear los muchos que no puedo decir.
En la otra orilla espera furioso los momentos grises, esos días contados en que mi alma crujió de pena, pero a estas alturas de mi vida no me voy a percatar mas de ello, lo dejaré como uno más de los recuerdos que un día llegaron y pasaron. ¿Y de los disque compañeros?, ya nada, más que recordarles que la vida no es un paraíso que la vida simplemente es como tal, tristona, graciosa, a veces cruel y un sueño, un sueño que nos despertará allá donde el mar rompe sus olas, allá donde la lluvia se hace escasa, allá donde lo único que flagela son los rayos de sol o aquí, cuando el corazón se me rompe al límite de odiar esta parte de mi existencia.
21.09.2011. 00.20.27 horas
19 sept 2011
SETIEMBRE II
Parece mentira, pero siento encima mío dos años grises, años en los que la fe fue extinguiéndose al límite de odiar este espacio. A esta hora los recuerdos se me pronuncian indefinidamente, a esta hora comienzo sentir un escozor agudo por todo el cuerpo, escozor propio de esos instantes críticos donde uno no revela con certeza la evidencia de su estado.
Tanto te he odiado, al límite de odiar cada pensamiento mío; tanto te he amado que hoy no tengo sensación plena de hasta donde… son tantos los recuerdos que me conferiste, que no se si agradecer o maldecir tu existencia. Perdona por estas blasfemias, pero esta vez no voy con excusas, voy con la verdad sosteniendo en el alma, verdad que atado me dicta estas palabras. Preguntar ¿de quién la culpa fue, el convergernos en un momento como el que fue?, es simplemente decir nada… ya no busco culpables, ya no busco respuestas, ya no busco tu ausencia, ya no busco una estación, menos saber si me echas de menos tanto como yo a ti.
Setiembre, que mes más agudo, que mes más novelesco y misterioso, que momento más cruel e insensible por el que jamás mi vida haya pasado… si algo de, en esta vida he de cargar, que sea este mes por vislumbrar mi realidad, por hacerme sentir entre sus días que el amor no se construye, el amor nace… y si no es con uno, jamás será con otra.
setiembre 19; 02.45 horas
13 sept 2011
PARTE III
Como es de suponer, no tienes por qué entender o comprender todo lo que digo, solo intentarás ser condescendiente como las otras veces y, así continuaríamos descubriéndonos y redescubriéndonos, encontrándonos y perdiéndonos como las mil y una noche que pasamos al borde de nuestra imaginación infantil…
¿Cuánto tiempo ya ha pasado en vuestras imaginaciones?, ¿Cuántos años ya has contado desde el último día que te escurriste con la excusa de tener que ver a alguien?, ¿Cuántas son las veces que imaginaste este momento? Y ¿cuánto tiempo llevas contando aquello que te voy diciendo?
Nuevamente el mismo sentido de mis preguntas, aquellas, que en esos años las hacía formándolas con otras letras y tu nuevamente excusándote, hablándome de otro tema que poco me importa, pero como vienen de ti comienza a calar algo de interés dentro de mí. Pero esta vez me resisto y regreso de manera sigilosa a las mismas preguntas, te envuelvo en mi interés para que puedas responder. Y al darte cuenta me dices:
Viejo como has cambiado…
Una carcajada, las de aquellas, se enciende en mí y pronto interrumpo…
¿Viejo? , ¿Qué si he cambiado?, jajaja, como me dices eso, si eres tú la que parece desde hace unos instantes otra, y de donde sacaste esa palabra de, viejo, si nunca estaba en tu vocabulario…
Con tu sonrisa que todo lo compra, esta vez compra mi silencio de la manera más dulce. Claro que hemos cambiado. Mírate, me juraste en varias o mejor dicho en muchas veces que me esperarías unos cincuenta años y a los pocos días que no me viste no podías sin mí, lo cual me hace suponer para llegar a estos días la cantidad de brazos que utilizaste como consuelo…
Vaya, ahora sí que esto se pone más divertido, ¡de vieja celosa!; jajaja. Ahora sí que tu cambio se hace más pronunciado, ¿quien provocó en ti ese cambio brusco?, ¿quién transformo tu historia en un álbum gris?, porque desde que te vi, solo me acompañas con el gesto y todo tu mundo parece haber dado un giro y con ello evidencio algo de herida oculta en tu corazón de primavera.
Nuevamente tú y tus preguntas, me rectifico, no has cambiado en nada sigues siendo el mismo, ahora que más me vas a decir, que cuento me vas a contar, que mentira tienes reservada para mí; pero intenta que esta vez sea creíble, intenta hacerme sentir que sí, efectivamente, me esperaste el tiempo que jurabas esperarías y en silencio, si no me acuerdo mal eso fue lo que de bacante allá cuando jóvenes me dijiste. –Lo dijo seria y sin reparos, como si pidiera a gritos una conversación alejada de las bromas y risas-.
Haber, no tengo nada que inventar, nada que formular, pues el tiempo que ha pasado es tan real como el poder tocar las huellas de tu rostro, no el sueño que creí era hasta hace mucho, -ahora sus palabras parecían suavemente complacer, en su pedido, de alejar todo rastro de inseguridad- elevando ligeramente su voz, al mismo tiempo que levantaba su vista en su rostro de ella, dijo:
Son tantos los años que te he pensado, tanto los días que te tuve en mi mente, tanto los segundo que tu imagen alojado en cada célula de mis recuerdo eh llevado, para que ha esta hora me digas ¿que si no fui fiel a mis promesas?, a donde más querías que llegue, a donde más puede este cuerpo resistir. Soy yo quien debería pedir que me hables de la manera más seria y estricta de todo lo que hiciste, pero no, no te digo o no te pido ello porque sigo considerando que está más allá de los límites míos. Como los primeros días que nacía este sentimiento hacia ti, todo distante, todo a mares de distancia, todo en silencio como el tiempo que poco a poco fui matando, ahora, ¿te acuerdas?, ahora, ¿sabes que sigo aquí?
No podía decir nada, estaba quieta, en silencio resolvía el mensaje que le dio a entender, en silencio zaceaba sus dudas. No podía ser mejor, su plan funcionó, escuchó lo que quería, ahora ya no importaba más que seguir riéndose… el intento de redescubrir y descubrir comenzaba a dar resultados, ahora solo faltaba echar una dosis de preocupación y todo caminaba de pies…
¿Cuánto tiempo ya ha pasado en vuestras imaginaciones?, ¿Cuántos años ya has contado desde el último día que te escurriste con la excusa de tener que ver a alguien?, ¿Cuántas son las veces que imaginaste este momento? Y ¿cuánto tiempo llevas contando aquello que te voy diciendo?
Nuevamente el mismo sentido de mis preguntas, aquellas, que en esos años las hacía formándolas con otras letras y tu nuevamente excusándote, hablándome de otro tema que poco me importa, pero como vienen de ti comienza a calar algo de interés dentro de mí. Pero esta vez me resisto y regreso de manera sigilosa a las mismas preguntas, te envuelvo en mi interés para que puedas responder. Y al darte cuenta me dices:
Viejo como has cambiado…
Una carcajada, las de aquellas, se enciende en mí y pronto interrumpo…
¿Viejo? , ¿Qué si he cambiado?, jajaja, como me dices eso, si eres tú la que parece desde hace unos instantes otra, y de donde sacaste esa palabra de, viejo, si nunca estaba en tu vocabulario…
Con tu sonrisa que todo lo compra, esta vez compra mi silencio de la manera más dulce. Claro que hemos cambiado. Mírate, me juraste en varias o mejor dicho en muchas veces que me esperarías unos cincuenta años y a los pocos días que no me viste no podías sin mí, lo cual me hace suponer para llegar a estos días la cantidad de brazos que utilizaste como consuelo…
Vaya, ahora sí que esto se pone más divertido, ¡de vieja celosa!; jajaja. Ahora sí que tu cambio se hace más pronunciado, ¿quien provocó en ti ese cambio brusco?, ¿quién transformo tu historia en un álbum gris?, porque desde que te vi, solo me acompañas con el gesto y todo tu mundo parece haber dado un giro y con ello evidencio algo de herida oculta en tu corazón de primavera.
Nuevamente tú y tus preguntas, me rectifico, no has cambiado en nada sigues siendo el mismo, ahora que más me vas a decir, que cuento me vas a contar, que mentira tienes reservada para mí; pero intenta que esta vez sea creíble, intenta hacerme sentir que sí, efectivamente, me esperaste el tiempo que jurabas esperarías y en silencio, si no me acuerdo mal eso fue lo que de bacante allá cuando jóvenes me dijiste. –Lo dijo seria y sin reparos, como si pidiera a gritos una conversación alejada de las bromas y risas-.
Haber, no tengo nada que inventar, nada que formular, pues el tiempo que ha pasado es tan real como el poder tocar las huellas de tu rostro, no el sueño que creí era hasta hace mucho, -ahora sus palabras parecían suavemente complacer, en su pedido, de alejar todo rastro de inseguridad- elevando ligeramente su voz, al mismo tiempo que levantaba su vista en su rostro de ella, dijo:
Son tantos los años que te he pensado, tanto los días que te tuve en mi mente, tanto los segundo que tu imagen alojado en cada célula de mis recuerdo eh llevado, para que ha esta hora me digas ¿que si no fui fiel a mis promesas?, a donde más querías que llegue, a donde más puede este cuerpo resistir. Soy yo quien debería pedir que me hables de la manera más seria y estricta de todo lo que hiciste, pero no, no te digo o no te pido ello porque sigo considerando que está más allá de los límites míos. Como los primeros días que nacía este sentimiento hacia ti, todo distante, todo a mares de distancia, todo en silencio como el tiempo que poco a poco fui matando, ahora, ¿te acuerdas?, ahora, ¿sabes que sigo aquí?
No podía decir nada, estaba quieta, en silencio resolvía el mensaje que le dio a entender, en silencio zaceaba sus dudas. No podía ser mejor, su plan funcionó, escuchó lo que quería, ahora ya no importaba más que seguir riéndose… el intento de redescubrir y descubrir comenzaba a dar resultados, ahora solo faltaba echar una dosis de preocupación y todo caminaba de pies…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)