22 dic 2011

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Triste y miserablemente los sueños se me pierden por las noches y cuando por la mañana al despertar veo los primeros rayos de luz, hambre de pensar en tí se me pronuncia, al límite de extrañarte hasta los huesos.

Sabes? Desde que te fuiste me e puesto ala vereda de tus recuerdos y e imaginado, no sabes cuanto, los días maravillosos que hubiera sido todo esto; pero en fin, cuando tu yaces a esta hora a un mar de distancia, mi mente, entre la bulla de este bochorno, te imagina llorando los días que mataste.

Abrigando la fe de que algún día nuestras miradas vuelvan a fundirse en la inocencia de aquellos días me marcho, digo a Dios a todo estos espacios que mañana extrañaré…


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