8 dic 2011

DÉJAME



Déjame pensar un segundo en tí,
déjame darte dos segundo de mí,
déjame decirle en tres segundos…

Que sin el hoy, el mañana no existe.

Déjame llorar tres segundos por tí,
déjame pensar dos segundos en mí,
déjame robarle un segundo…

Para rezarle en una mañana de sol.

Contarle sobre mis pensamientos,
devolverle los segundos conferidos,
y
decirle que mi alma y mi mente,
están más triste que los días y las noches,
más abatido que una mañana desierta,
y
mas afligido que Dios un viernes santo.


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