mujer, aleja tu triste sombra de mi espacio;
¿acaso no sabes que hace mucho partiste?
mujer, aleja tu triste miel de mis labios;
¿no sabes que ayer bebiste hiel?
sacude, el polvo de cada recuerdo mio,
como sabrás bien, que yo, ya los hice.
aleja tus metros de los míos,
que vuestro Dios
cogiéndome el cerebro está...
que nada en tu memoria se encienda
que todo quede como una ostia,
ingrávida, misteriosa, dulce,
al mismo tiempo fúnebre...
ya no lloréis, que tus cristales
vuelvan a su fuente, aquella,
que un día me extasiaron.
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